Durante los cerca de siete meses en los que Rosa Vidal y su nuevo equipo dirigieronRTVV, se produjo un cambio de tendencia en los informativos. Unosespacios de programación —vitales para una televisión pública— que habíanperdido totalmente el prestigio y la audiencia después de 24 años de historia, lamayor parte de ellos bajo el poder político del Partido Popular. Esa última épocaconvulsa coincidió en el tiempo con la aplicación de un expediente de regulaciónde empleo que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valencianaanularía, provocando la decisión de acabar con las emisiones de la televisiónautonómica. También por entonces se puso en marcha el Mandato-marco y elContrato-programa, instrumentos ampliamente utilizados en España en los últimosaños para intentar dotar de estabilidad presupuestaria a las televisiones públicas.En esta etapa agónica, justo antes del cierre ordenado por el presidenteAlberto Fabra, diversos autores coinciden en que hubo un intento de recuperarla independencia informativa. En este artículo queremos comprobarlo, analizandolas escaletas de los informativos del período, y comparándolas tanto conetapas anteriores, como con datos extraídos de otras emisoras autonómicas.Para ello seguiremos una metodología basada en la que emplea el Consell del’Audiovisual de Catalunya para hacer sus informes mensuales sobre las televisionesde su ámbito de actuación.
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