La tradición misional de las mujeres estadounidenses forma parte de la historia social, política e internacional del país. Para muchos historiadores constituye un episodio crucial de la historia transnacional, sobre todo por los vínculos culturales establecidos entre las misioneras y las comunidades receptoras del activismo en el exterior de los Estados Unidos, desde los inicios de la República a comienzos del siglo XIX. La actividad llevada a cabo por miles de mujeres y hombres, misioneros pertenecientes a Iglesias protestantes diversas, se desplegó por todo el mundo incluso cuando el país aún no había consolidado su frontera y se enviaban misiones al oeste del país. En el exterior, las misiones fomentaban redes de cooperación para la reforma de las sociedades locales en naciones de Asia, África o América del Sur principalmente. El progreso y la modernidad de los Estados Unidos tenían, a juicio de los misioneros, que compartirse con el resto de las sociedades del mundo, especialmente con aquellas más atrasadas. Las mujeres, conservadoras o progresistas, activistas en cualquier caso, acabarían tomaron la dirección de las iniciativa reformistas en el exterior. En este artículo se repasan las condiciones del activismo misional de las mujeres estadounidenses, la relación entre el Evangelismo y Educación para el progreso, España, como destino misional evangélico, y finalmente las figuras de Alice Gordon Gulick y Susan Huntington Vernon, pioneras de la educación moderna en España en los inicios del siglo XX.
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