A finales de enero si el Secretario de Estado, Colin Powell, escupió, en Davos y en plena euforia belicista, 'No tengo nada que disculpar por lo que USA ha hecho en el mundo', Israel lanzó la operación más sangrienta sobre Gaza desde que se inició la Intifada, dejó 13 muertos, algún crío, en respuesta al disparo de siete misiles artesanales que no provocaron daños ni víctimas.1 En días siguientes las infamias continuaron. Al iniciar la agresión a Bagdad, 20/03/03, el vicealmirante Timothy Keating, rango máximo de la fuerza aliada espetó 'Cuando todo esté terminado y hayamos reescrito la historia, porque eso es lo que vamos a hacer, vuestros nombres estarán escritos en oro'
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