Nuestro libro (El laberinto de la agricultura espanola. Instituciones, contratos, organización entre 1850 y 1936, Zaragoza, 2003) pretendía reconsiderar el papel que pudieron jugar las instituciones en el atraso agrario espanol, utilizando para ellolos instrumentos de la Nueva Economía Institucional, una corriente cada vez más importante de la economía convencional. Para ello escogimos un cierto número de instituciones a manera de casos, en particular algunas de las más criticadas por los contemporáneos, tales como el arrendamiento corto castellano, la rabassa morta, los campos abiertos o algunas instituciones más modernas como las cooperativas de producción o de crédito. Otras instituciones son quizás menos obvias, tales como el funcionamiento del mercado de trabajo, los contratos de préstamo usurarios, el sistema de gestión de las grandes propiedades (más una organización que una institución propiamente dicha). Todas tienen en común el que la literatura las haya responsabilizado del atraso agrario espanol (1).
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